Tú me dijiste: no lloró mi padre;
tú me dijiste: no lloró mi abuelo;
no han llorado los hombres de mi raza,
eran de acero. (Alfonsina Storni-Peso ancestral)
¿Feliz Día Internacional de la Mujer? ¡Tontería! La mujer perpetúa el machismo ancestral. ¿Quién nos dijo que los hombres no podemos llorar? ¿Quién nos educó en el sentido de que en casa manda el hombre?¿Quién nos dijo que los maridos deben ser proveedores? ¡Mamá! Mi madre me enseño que los hombres no podíamos llorar.
La búsqueda de la felicidad es individual. En términos de colectividad, la mujer no es feliz, porque su peor enemigo es ella misma. Una vez que lloraba con sentimiento, me dijo:
«Edison Lucio tu padre es un macho. No llora. No lo he visto llorar. Los Torres son machos. ¿Por qué lloras?»
Sin embargo, los cinco hijos que crió Teresa de Jesús no fueron machistas. Muy responsables con su hijos. No se si todos hemos sido buenos amantes, pero hemos amado a nuestras mujeres sin violencia. Cocinamos, lavamos, trapeamos, vestimos a nuestros hijos e hijas. ¿Dónde estuvo el secreto? Mi madre rompió con las ataduras ancestrales del que dirán. Su primer marido la maltrató y tuvo la valentía de dejarlo, empacar sus chismes e irse a vivir sola.
¿Feliz Día Internacional de la Mujer?
¿Provocador es mi pensamiento? Si. ¿Quién parió y educó en los primeros años a los victimarios de los 1.437 casos por el delito de feminicidio que se han presentado desde 2015, año en que entró en vigencia la ley 1257 antiviolencia familiar?
Las líderes feministas me podrán dar hasta con el balde. Sin embargo, la mujer puede transformar todo con amor. Si las madres entendieran conscientemente que son portadoras del virus violento de la cultura ancestral, educarían a sus hijos de otra forma. Más amorosos, tiernos y solidarios. Menos violentos. ¿Feliz Día Internacional de la Mujer? ¡Mierda!
Mi madre Teresa de Jesús Moreno era madre y padre, al mismo tiempo. Era la proveedora de la casa. Si ella no trabajaba, no había ingresos. Cuando estaba chico, me gustaba el arroz apastelado que hacía. Era el mejor plato que yo disfrutaba en aquellos tiempos. Lo que no sabía era que esa comida la hacía en el momento de crisis económica que coincidía con el periodo de recuperación posparto. Como no podía trabajar, vivía de la solidaridad del resto de la familia, especialmente de mi abuela Ana Luisa.
El peor enemigo de la mujer
Los peores enemigos de ella están en su propio seno, en la familia, en el hombre que dice amarla, en el padre que la maltrata. La mujer no es consciente del poder que tiene cuando se convierte en madre. Ella, con la ayuda de la sociedad dominante, crea y cría a los demonios que luego, como alacranes, la atacan violentamente. El peor enemigo de la mujer es ella misma.
La madre puede moldear la educación del ser que dio a luz. Puede convertir a sus hijos en buenos ciudadanos y ciudadanas. Pero para serlo, necesita ser consciente de su papel fundamental para cimentar la nueva sociedad con un nuevo ser humano. ¿Quién educa a las madres para que sean conscientes de su papel transformador? Las feministas, en vez de buscar responsabilidades externas, deberían mirarse así mismas, cambiar de mentalidad e iniciar un proceso de transformación de la sociedad.
¿Feliz Día Internacional de la Mujer? La sociedad ancestral, machista y dominante, asimiló las reivindicaciones que exigíamos en nuestra juventud. Ahora las convirtieron en un acto comercial e institucional. Las entidades estatales y territoriales celebran este día para repetir la misma consigna: ¡Ni una más! Y caen miles.
Sobre la mujer maltratada: