¿Quiénes son los rateros de Odebrecht? Luego de que la Corte Suprema de Justicia resolviera negativamente una acción de tutela presentada por el excandidato presidencial del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, será llamado a juicio el 11 de abril de 2024. Por tanto, retornará el viejo fantasma de Odebrecht. En el Juzgado Segundo Especializado de Bogotá, se reanudará la audiencia de acusación contra el exministro de Hacienda, y de su hijo David Zuluaga, gerente de su campaña presidencial de 2014.
Como a este hecho se le quiere echar tierra, le compete a la Fiscalía y a la Comisión de Acusaciones asumirlo conscientemente. Está involucrado el aparataje político y uno de los grandes exponentes del capitalismo sanguijuela, cuya acumulación de capital depende del presupuesto estatal. Odebrecht reúne desde la figura de la presidencia hasta empresarios sanguijuelas ligados a los negocios con la política o con el Estado, como es el caso de Luis Carlos Sarmiento Angulo. Cuando se supo el escándalo en 2018, VoxPopuli Digital publicó un artículo dando cuenta de la pérdida de mil millones de dólares del Grupo Aval en la bolsa de Nueva York en menos de una semana.
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Sin embargo, frente al interrogante formulado para plantear la hipótesis del análisis, (¿Los rateros de Odebrecht?) implicaría recordar que en el denominado Caso Odebrecht de Colombia, reina la impunidad de los expresidentes Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos. A diferencia de otros países, en Colombia es la razón por la cual el proceso no ha avanzado seriamente, porque se trata de encubrir, además de los dos presidentes, a una de las vacas sagradas del empresarismo colombiano, Luis Carlos Sarmiento Angulo y de su hijo, dueños de la fiduciaria Corficolombiana.
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¿Los rateros de Odebrecht?
Sin duda, casi todo el establecimiento político colombiano querrá que no prospere esta investigación. Hace 500 años Nicolás de Maquiavelo publicó su opúsculo El príncipe. Es un tratado de cómo hacían los gobernantes de su época para mantenerse en el poder. Cuando 300 años después, Napoleón Bonaparte lo leyó, dijo:
En otras palabras, aunque leyendo El Príncipe no encuentro la frase, Maquiavelo quiso decir:
No importa cómo ganar las elecciones. Lo importante es ganar, aunque sea vendiendole el alma al diablo. Esto es lo que han hecho los presidentes de Colombia en esta última parte de la historia política colombiana. El Ser ético es antipolítico. Es una conducta erróneamente política. Lo que prima es el pragmatismo político, es decir, ganar. ¿Le ha ido bien a la sociedad colombiana con estos presidentes?
Ahora bien, el cómo (el medio) está íntimamente ligado a la finalidad. En comunicación solemos decir que el mensaje es el medio, (Marshal McLujan). Porque se construye una relación simbiótica. Es decir, medio y finalidad interactúan entre sí y a veces se confunden, pero no necesariamente se ayudan mutuamente. Un ejemplo, la guerrilla usa la extorsión y el secuestro para financiarse. Por tanto, la extorsión y el secuestro es el cómo, el medio. Pero sus líderes justifican este crimen de lesa humanidad con su finalidad política. Ellos creen que con ese dinero mal habido se van a tomar el poder para transformar el país. La realidad demuestra todo lo contrario. Entonces, ¿por qué piensan y actúan así? En mi libro ¿Adiós a la guerra? propongo una respuesta: mentes alienadas.
Encubrir, encubrir y encubrir
La estrategia judicial del fiscal de aquel momento (Néstor Humberto Martínez) con su bolsillo de cristal fue encubrir, encubrir y encubrir. Y no podía hacerlo de otra manera, porque era un “empleado” del grupo económico de Luis Carlos Sarmiento Angulo. Desde 1996 creó un bufete cuyo cliente principal era el magnate colombiano. Todo este historial reposa en los archivos de la Comisión de Acusaciones de la cámara de representantes cuando el senador de aquel momento, Jorge Enrique Robledo, lo denunció por su indecorosa actuación como fiscal.
Como casi todo el establecimiento político está involucrado, es la razón fundamental por la cual espera que Odebrecht se frene. Existe un concierto para encubrir a los peces gordos de la corrupción. Esto es, que solo se quede en las condenas contra los mandos medios inmolados, como los exviceministros Gabriel García Morales y Daniel García Arizabaleta, dos alfiles del uribismo y el santismo. Así como otros que se encargaron de materializar los sobornos.
Recordemos que García Morales para recibir el soborno de Odebrech, utilizó las empresas de dos amigos de infancia de Bocagrande, barrio exclusivo de Cartagena de Indias, Eduardo y Enrique Ghisays. Además crearon una firma en Panamá con la finalidad de recibir los 6,5 millones de dólares entregados a García Morales por la constructora brasileña.
Un hecho clave
En efecto, el fiscal delegado ante la Juez Segunda Especializada de Bogotá, debería plantear que existe un contexto que determinó la conducta criminal de Óscar Iván Zuluaga y de su hijo que data desde la segunda parte del gobierno de Uribe. ¿Qué significa esto? Que la juez debe compulsar copias para que las autoridades correspondientes investiguen a los aforados. Que tanto Santos como Zuluaga, como ministros de Estado, siguieron los derroteros de Álvaro Uribe Vélez, el hombre de atrás de este penoso caso. El presidente de la época lo único que tenía que hacer era avalar el plan sistemático de coimas y dádivas acordado entre Odebrecht y los representantes de su gobierno. Y esto lo hizo a través de reuniones secretas con el viso de legalidad.
Existe un hecho clave para llegar a la verdad de este inmenso hecho de corrupción. El núcleo del delito, lo central del Caso Odebrecht es la captura del Estado por la vía electoral. El mandatario elegido, cualquiera sea su color político, se pone al servicio de las mafias de la corrupción. Está demostrado en los procesos judiciales, que en su segundo período, Uribe presidió el 14 de julio del 2008, una, de cuatro reuniones, en la Casa de Nariño con su equipo de infraestructura y representantes de la empresa brasileña.
¿Adivinen quién estaba allí? Luiz Antonio Mameri. ¿Quién era él? Nada más y nada menos que el ejecutivo de Odebrecht, director de la División de Estructuración que autorizaba los sobornos para América Latina. Esto se demostró en el acuerdo de la multinacional con la justicia de los Estados Unidos y en los procesos que se siguieron en 12 países.
¿Suicidio con cianuro?
La empresa brasilera admitió (2016) ante el Departamento de Justicia de los Estados Unidos que pagó sobornos por 788 millones de dólares en una decena de países latinoamericanos y dos africanos. Si en Perú llevó a la cárcel a tres presidentes y uno (Alan García) se suicidó con un pistoletazo en la boca, en Colombia Uribe y Santos gozan de plena impunidad y llevan 10 años negándolo todo. Pero las evidencias son tan abrumadoras que no es posible taparlas. Es más, como ninguno tiene cargo de conciencia, no habrá suicidios por vergüenza como lo hizo Alan Garcías, el otrora gran líder de los progresistas del Perú.
No obstante, al parecer, el único que se ¿suicidó? fue el secretario de Transparencia de la presidencia de Iván Duque Márquez, Rafael Merchán, un viejo militante de Cambio Radical. Y lo hizo con cianuro cuando debía declarar en el proceso contra el presidente de la ANI de ese momento, Luis Fernando Andrade. ¿Te la pillaste?
En tanto, que como suicidio quisieron pasar la muerte de Jorge Pizano, testigo clave y auditor del consorcio que se quedó con el tramo Ocaña-Gamarra de la Ruta de El Sol II donde se beneficiaron Odebrecht y la fiduciaria Corficolombiana de Luis Carlos Sarmiento Angulo, dueño del grupo Aval. La muerte de Pizano y de su hijo es uno de los pasajes más dramáticos de la historia de esta captura del Estado vía elecciones presidenciales.
El retorno del fantasma Odebrecht
El fantasma retornará. ¿Los rateros de Odebrecht? Ellos seguirán siendo noticia en la próxima semana y todo el año del 2024. Se inicia el juicio contra el que iba a ser el sustituto de Juan Manuel Santos en 2014, Óscar Iván Zuluaga. El álfil de Álvaro Uribe Vélez, quien ahora se lava hipócritamente las manos como Poncio Pilato. Solo tiene como competencia otros juicios tan populares como escandalosos. Basta señalar el juicio contra el hijo del presidente, Nicolás Petro Burgos, o el juicio contra el expresidente del senado Arturo Char Chaljub o las ya famosas investigaciones de la Comisión de Acusación de la cámara de representantes que termina siempre en archivo.
Aclaremos que la unidad legislativa de la Comisión de Acusación juega el papel de Fiscalía en los procesos contra los aforados. En este caso, nos referimos al Presidente de la República, Fiscal General, los Magistrados de la Corte Constitucional, Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado.
Por esa razón, el despacho del Juzgado Segundo Especializado debe compulsar copias para que se investigue a los expresidentes Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos Calderón por este caso de Odebrecht.
¿Los rateros de Odebrecht?
Son muchos los rateros de cuello blanco que siguen gobernando y capitalizándose con los dineros públicos. Si queremos dar una respuesta aproximada de esta hipótesis periodística y que se acerque a la realidad, debemos decir que muy pocos del establecimiento político están a salvo. La juez que conoce el caso de Óscar Iván Zuluaga, dentro de su responsabilidad constitucional y legal, deberá compulsar copias por todos los implicados en este imbricado caso. En la próxima entrega veremos el ocaso moral de Luis Carlos Sarmiento Angulo, el principal empresario exponente del capitalismo sanguijuela, aliado de Odebrecht en Colombia.
Mientras tanto estaremos pendientes del juicio contra el que iba a ser presidente, Oscar Iván Zuluaga, el insípido candidato presidencial de 2014 que el publicista Duda Mendonça lo llevó a ganar en la primera vuelta presidencial a otro insípido candidato, Juan Manuel Santos Calderón. El resto es historia.