«¿Dónde están los ladrones?
¿Dónde esta el asesino?
Quizá allá revolcándose
En el patio del vecino
Y qué pasa si son ellos
Y qué pasa si soy yo
El que toca esta guitarra
O la que canta esta canción
La que canta esta canción»

(Shakira, ¿Dónde están los ladrones?)

La primera piedra de la legitimación de un horror. Shakira y Pablo Obregón Santo Domingo. Cortesía.

Pedro Hernández, un negro analfabeta de aproximadamente 35 años, cuyos padres fueron esclavizados en las grandes haciendas de Santa Rosa y Cartagena, reunió una fortuna en 1895: un poco más de 200 pesos oro. Con este dinero le compró a la viuda Ángela Ferrill de Cabarcas «Los arenales», una extensión de tierra con todo lo que había en ella. En el corazón de este suelo, 123 años después, Shakira colocó la primera piedra de su colegio creyendo que era una donación de la Fundación Santo Domingo. Sería un error de un horror: el despojo violento a los herederos legítimos de Pedro Hernández. 

Criminal complicidad

Este error de un horror sería la tapa del despojo. Es importante destacar que para realizar el despojo, los Santo Domingo contaron con la complicidad de la administración distrital de Cartagena. En esta oportunidad, tienen a sus pies a la actual administración. La supuesta donación de los terrenos para la construcción del colegio de Villa Aranjuez (el colegio de Shakira) es una forma de ganar indulgencia nacional para su despojo.

El alcalde William Dau Chamat y su administración ya se arrodillaron ante los Santo Domingo. Se reunieron en el proceso de empalme, y lo hicieron después.  Pero no solo Dau es el único arrodillado, también su secretario del Interior David Múnera Cavadía, la directora del Plan de Emergencia Social Karen Margarita Gutiérrez (líder afro), el director de Corvivienda Néstor Edilson Castro Castañeda (ex detective del DAS), y la Secretaria de Educación Olga Acosta Amel.

De igual manera, cuentan con la aquiescencia del gobierno nacional. Por ejemplo, los predios que le despojaron a los Hernández tienen un valor de más de $300 mil millones. Hoy cobran ese valor, gracias a que el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio los declaró «predios de utilidad pública» mediante resolución No 2362 de 2008. De hecho, los Santo Domingo crearon un macroproyecto económico vendido en forma de vivienda de interés social (Bicentenario, Colombiatón, etc.) y de «beneficencia para los más pobres».

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Desenredando el rollo

Para resolver la incógnita de quiénes son los terrenos donde Shakira puso la primera piedra en 2018, tenemos que ir a la génesis donde se originó la propiedad de los Hernández. Y nos encontramos con tres hallazgos que podría desenredar la madeja construida por un entramado sistema de despojo a la familia Hernández basado en el engaño, tráfico de influencia, instrumentalización de la justicia y de la inspección de policía, uso desmedido de la fuerza pública y asesinatos. Ya van seis de los Hernández asesinados, son seis vidas que ha cobrado este error de un horror.

Esos hallazgos son: (1) los herederos de Pedro Hernández el propietario original de más de cerca de tres mil hectáreas ubicadas en jurisdicción de Santa Rosa (hoy de Bayunca y Arroyogrande) no sabían leer ni escribir, (2) los usurpadores iniciales de las tierras (Alfredo del Campo de Castro y Luis González Hernández) no sabían cuántas hectáreas tenía el finado, y (3) los usurpadores pasaron de comprar los derechos herenciales a ser beneficiarios de prescripciones ilegales. 

Cada uno de estos hallazgos los desarrollaremos en las próximas entregas. Por el momento nos limitaremos a  contar la historia de cómo se inició el proceso de despojo violento a una familia afro que no sabía leer ni escribir, lo cual facilitó para que se consolidara el daño jurídico sufrido por parte de representantes del Estado que se prestaron en forma indebida para empobrecer a esta familia.

La génesis

En el museo Archivo Histórico de Cartagena nos encontramos con la escritura No 382 del 11 de diciembre de 1895 de la Notaría Primera de Cartagena, Tomo 5° folios No 1022 a 1024, consta de tres páginas y firmada por el notario encargado Francisco Benito Revollo, quien actúo a nombre del notario público suplente Eduardo Gutiérrez de Piñeres. Para efecto jurídico y periodístico, este documento histórico fue autenticado por el tacaquetero Moisés Álvarez, director del Archivo y del técnico Aníbal Fulleda Olmos.

Como Pedro Hernández “era iletrado”, el notario Primero de Cartagena (encargado) aceptó que lo hiciera otra persona:

«…y no sabiendo firmar el señor Pedro Hernández, rogó al señor Eliseo Cabarcas lo hiciese por él, quien así lo hizo,  junto con la señora Ángela Ferril de Cabarcas, por ante mí, el Notario Suplente, y junto con los testigos señores José de la O. Fortich y Manuel Benito Revollo, vecinos de esta ciudad, mayores de edad y testigos legalmente hábiles».

El documento demuestra que los dueños originales de los predios que hoy ocupa la Fundación Santo Domingo nunca fueron de Alfredo del Campo de Castro ni de Luis González Hernández, propietario de la firma Inversiones González Franco y Compañía S.C.S..

Escrituras chimbas

Todo indica que Alfredo del Campo de Castro trabajaba en la hacienda de Pedro Hernández. Sabía leer y escribir, una gran ventaja sobre su patrón y los herederos. Como lo dijimos en la primera entrega, del Campo se convirtió en heredero cuando el 7 de agosto de 1940 el Juzgado Primero Civil del Circuito de Cartagena emitió la sentencia de sucesión de la propiedad registrada a nombre de Pedro Hernández, quien había fallecido un año antes. Había un pequeño detalle: los que firmaron no fueron los Hernández, porque éstos no sabía leer ni escribir. Este pequeño detalle lo certificó la Registraduría Nacional.

De ese proceso herencial, surgió la escritura matriz No 252 del 21 de agosto de 1940 de la Notaría 3° de Cartagena y registrada el 21 de septiembre de 1940 en el libro 2, tomo 2, diligencia 605 página 164 de 1940. Fue registrada, según certificado de instrumentos públicos, bajo la matrícula madre No 060-54391.   

Supuestamente dos de los herederos de Pedro Hernández aparecían vendiendo sus derechos herenciales a del Campo de Castro. Fidel Hernández le vendió la mitad y Nicacio Hernández todos sus derechos. La escritura que del Campo presenta para certificar que era propietario de esas tierras supuestamente comprando los derechos herenciales de los dos Hernández, no fueron firmadas por éstos.

Había un pequeño detalle: los que firmaron no fueron los Hernández, porque éstos no sabía leer ni escribir. Este pequeño detalle lo certificó la Registraduría Nacional. O sea, eran escrituras falsas, puesto que tampoco aparecen sus registros. Esta prueba fue certificada por la Registraduría Nacional.

Santo Domingo legaliza el despojo

Las tierras pasaron de Alfredo del Campo a Luis González. En 1997, González aparece entregando esos terrenos a la Fundación Santo Domingo en forma de Fideicomiso Patrimonio Autónomo Fundación Mario Santo Domingo.

El fideicomiso se elevó a escritura pública luego que a folio No 060161513, en su primera anotación del 5 de mayo de 1997, exactamente 100 años después de que Pedro Hernández adquiriera esos terrenos.

Inversiones González Franco y Compañía S.C.S hizo un englobe sin que se inscribiera en la oficina de Registro de Instrumentos Públicos. Este predio, que pertenece a la propiedad de los Hernández en Puerto Rey, Luis González le llamó Catalina

Finalmente, los Hernández Vergara fueron desalojados  violentamente el pasado 23 de julio del 2019 de Catalina. Usaron efectivos de la Policía Nacional con el acompañamiento del inspector de policía de Arroyogrande, José Miguel Arrieta Ávila.

Como lo dijimos, extraño es que Catalina no fue inscrito en el libro de anotaciones para determinar la tradición y libertad de los bienes e inmuebles descritos en el folio de matricula, madre de todos los predios, No 060-54391. Si lo hubiesen hecho, el engaño no lo hubiesen podido hacer. O por lo menos, hubiese quedado evidente.

Shakira, inducida al error de un horror

A pies descalzos
Los Hernández no solo han sido despojados, sino que también están a pie descalzos. Aquí Shakira dejando su huella en unas tierras manchadas de sangre inocente. Cortesía.

Si Shakira (nuestra querida cantautora) legaliza su colegio de Pies Descalzos en Villa Aranjuez bajo la tutela de los Santo Domingo, no solo legitimaría este violento despojo contra una empobrecida familia afrodescendiente, sino que también se podría convertir en cómplice. Y esto implica, callarse y justificar toda clase de crímenes, incluso, homicidios y masacres, crímenes de lesa humanidad. En verdad, sería un error de un horror.

El 20 de febrero de 2020 se cumplirán seis años de la primera masacre. En honor a esas víctimas, me he dado a la tarea de desentrañar la verdad periodística e histórica de este crimen de lesa humanidad. En próxima entrega mostraremos cómo fueron estos homicidios contra Erasmo Hernández Meléndez y su esposa embarazada, Mónica Castro Narváez; la madrastra de Erasmo, Mercedes Llorente Negrete. También fueron asesinados Carlos Hernández Pérez, primo de Dora y Erasmo.

Shakira no es solo una ídolo de la farándula. Es una intelectual, una artista, una cantautora a la altura de una Mercedes Sosa. Es una buena persona con una alta sensibilidad social. ¿Dónde están los ladrones? No son afros. No son pobres. No son de la populacha. No están en El Pozón, tampoco en Olaya Herrera, no están en las barriadas de Cartagena. Están en el congreso, en la presidencia y, en especial, en la alcaldía de Cartagena. De esto estamos seguro. ¿Quiénes son sus cómplices? Por tanto, es imprescindible que alguien le diga esta verdad a Shakira para que no caiga en el error de un horror.

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