William García besó a Romeo, y se quedó quieto el pinscher doberman que me salió al paso como si fuera su perro guardián. La visita a su hogar fue tempranera antes de su jornada cotidiana enfocado en superar los 104 mil votos para ganar la alcaldía de Cartagena que hace un año se le fue como agua entre los dedos. Lo vi claro, preciso y seguro en sus respuestas. En el fondo, García Tirado no es un político profesional. Es un emprendedor que, luego de tener 14 droguerías y una corporación educativa, le picó el bicho de la política que lo llevó a ser edil, concejal y representante a la cámara.
Cuatro años después de su intento fallido de llegar a la alcaldía, uno se pregunta ¿William García lo hubiera hecho mejor? Sin duda que sí. Como ciudadano se impulsó el voto en blanco. Pero nos sorprendió una victoria que no estaba en ningún radar de los analistas. Y no estaba, porque ella jamás se produjo, si nos atenemos a los números. En Cartagena no hay 270 mil votos de opinión. Si lo hubiera, las maquinarias políticas no tuvieran éxito. Los 116 mil votos del Zambiloco, los 61 mil votos en blanco, los más de 100 mil repartidos entre los demás candidatos.
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Sin garantías
El alcalde que tenemos es arbitrario, inescrupuloso y no respeta la democracia. Los opositores deberán solicitar una veeduría especial para que los procesos judiciales, disciplinarios y fiscales presenten resultados inmediatos. Dumek Turbay, Jacqueline Perea, William García y todos los críticos de esta alcaldía deben estar alerta para evitar fraude electoral. William Dau se comporta como si fuera un malandro del bajo mundo. Eso es peligroso para la democracia.
Con Dau caímos muy bajo. La ciudad se comporta como un adicto que no sabe por qué tocó fondo. La verdad sea dicha, no hay otra explicación sino el fraude. Esta teoría la tenemos clara. Tan clara que la expondremos próximamente con algunas pruebas. Como periodista de investigación y análisis nos toca desvelar lo escondido. Resultado de ese fraude, una ciudad más prostituida, enajenada y caótica. ¡Esa es la verdad!
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William García, el emprendedor
Antes de que el bicho de la política lo picara, William García era un emprendedor. Su primera droguería la abría a las 6 de la mañana y la cerraba a las 10 de la noche. Con el apoyo de su hermana Sandra creó una red de 14 droguerías, lo cual debió ser difícil por el monopolio ejercido por Olímpica, Drogas La Rebaja, entre otras.
Además de ello, William García, el emprendedor, lo llevó a crear CECOM, una corporación de educación para el trabajo. Por allí pasaron miles de estudiantes que se formaron para el trabajo. Todo sus conocimientos como economista los puso en práctica. Él sabe lo que son los ingresos y los egresos. También, cómo levantar una empresa que empieza desde abajo. Sintió el rigor de ser el primero que llega y el último que se va del local comercial. Pero dio el salto de tener una a construir 14 droguerías.
O sea, que su espíritu emprendedor le dio capacidad para asumir riesgos y tener resultados. No es una persona que haya vivido de la política todo el tiempo. No es un político profesional sino un empresario con espíritu político.
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William García, el político
El 2 de enero de 2001 cuando se iba a posesionar como concejal no sabía dónde estaba la sede de la corporación. Cuando llegó a la plaza de Bolívar, debajo del Palacio de la Proclamación, se dio cuenta que la sede estaba vueltas ruinas. Con el apoyo de la administración de Carlos Díaz Redondo se logró diseñar el proyecto de la sede La Marina donde funciona actualmente.
Como concejal hizo más de 100 debates. Por ejemplo, en la administración de Judith Pinedo Flórez, fue el concejalque más control le hizo. De sus debates resultaron apresados por corrupción administrativa varios secretarios de Mariamulata: De Edurbe, Secretaría de Infraestructura, Corvivienda y la misma Mariamulata.
Ningún otro concejal fue más productivo que William García. Lo peculiar de su control político, es que presentaba denuncias ante los organismos de control. Por esta razón, algunos terminaron en la cárcel. Para los gremios económicos, García era el principal enemigo, porque los que cayeron presos de sus debates estaban al servicio de las élites.
Si los cartageneros hubiesen abierto los ojos en 2019 y hubiesen hecho un análisis comparativo con el trabajo de veedor del Zambiloco, seguramente hoy viéramos algo diferente. Bastaba con analizar los resultados de cada quien. Los de William Dau como veedor que jamás colocó una denuncia penal ni disciplinaria, pero le benefició en lo personal. Le sacó provecho supuestamente para extorsionar a contratistas. Tal es el caso del emisario submarino, donde los inversionistas y ejecutores debieron, al parecer, destinar un millón de dólares para pagar coimas. Uno de los veedores beneficiarios de esas coimas, fue William Dau Chamat. Además, al parecer, le dieron acciones en Aguas de Cartagena y un puesto en el sector financiero de Nueva York.
El beso de Romeo
Uno de los grandes amigos que tiene William García es su perro pinscher doberman. Lo acaricia, lo besa y duerme con él. Dice que desde el 1 de enero implementará un sistema de gobernanza que no existe en Cartagena. Debemos replanificar la inversión pública que se haga oportuna y en los sitios adecuados para la superación de la pobreza.
Se diseñará un POT, un PEM y los demás instrumentos de planificación para una ciudad sostenible. Esto es lo que pretende William García Tirado con 25 años de experiencia en la vida pública. Resultados en administración es el caso de Corvivienda. Las soluciones de vivienda social que hoy presenta el gobierno local, vienen de su gestión.
Próxima entrega: Jacqueline Perea, una mujer con autoridad.
Nota: Los candidatos tendrán su propio perfil en VoxPopuli Digital