El retorno de Clara Rebollo de Canabal a su tierra de Barú no fue pacífico. Ni tampoco contó con el apoyo del Estado. Por el contario, este fue instrumento de los despojadores para cometer su crimen. Gracias a la labor de sus abogados encabezado por Alberto Cárdenas, y a un acto de humanidad del Inspector de Policía, el retorno de Clara Rebollo a su vieja parcela, además, fue un acto de justicia.
En los tiempos en que Clara Rebollo de Canabal (85 años) se tuvo que ir a Caracas (Venezuela) a trabajar para mantener a un cuadro de hijos, perdió transitoriamente su parcela ubicada a 800 metros de Playa Blanca, Santa Ana de Barú. Cuando regresó cansada y vieja a disfrutar su propiedad privada, resultó que ya no era suya sino propiedad fiscal, es decir, del Estado.
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Así es Clara Rebollo
Historia del despojo
Con la ola privatizadora del Revolcón del presidente César Gaviria (1990―1994), no solo se privatizaron las grandes empresas del Estado, sino también financiaron los grandes proyectos privados. Por ejemplo, en el campo del turismo. Además, se apropiaron indebidamente de las tierras pertenecientes a propietarios pocos poderosos o empobrecidos.
Ese es el caso de la Isla Barú, al suroccidente de Cartagena. Llegaron inversionistas extranjeros, paisas y barranquilleros asociados a ciertos sectores de la élite local. La geografía exuberante del Caribe colombiano prometía ser un negocio descomunal para los ambiciosos inversionistas del turismo nacional e internacional.
Lo anterior era tanta verdad que en ese período gubernamental, con iniciativa privada, se diseñaron dos megaproyectos turísticos con una inversión cercana a los $300 mil millones de la época. El primero lo ubicaron en la zona franca turística. Concibieron Barú Beach and Marine Resort, un proyecto de Aviatur, De la Vega Visbal Arquitectos y Movicom. El segundo en Playa Blanca Barú. Sus socios Cementos Caribe, Bavaria (hoy, VALOREM-Grupo Santo Domingo) y la Corporación Nacional de Turismo (CNT) y luego la extinta Fonade reemplazada por ENTerritorio.
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Un pequeño detalle
Pero había un pequeño detalle que ninguno de esos inversionistas se detuvo para analizar: la tierra era de los nativos. ¿Cómo concebir un proyecto en cuyo territorio está asentado durante más de tres centurias por un grupo poblacional marginado del desarrollo nacional? No pensaron otra cosa sino en el despojo con una apariencia de legalidad. Despojo en que los agentes del Estado actuaron en concierto criminal con el fin de darle apariencia de legalidad.
La tesis de este seriado es mostrar que los cerebros de esa empresa criminal controlaban por intermedias personas el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo―Fonade. Esta es una entidad pública que fue creada en 1968 y se transformó en 2019 en la Empresa Nacional Promotora del Desarrollo Territorial―ENTerritorio) S.A.
El retorno de Clara Rebollo
El retorno de Clara Revollo a su antigua parcela no fue pacífico. Se gastó gran parte de su vida trabajando duro en Caracas prestando el servicio doméstico. Periódicamente transfería recursos a su marido Canabal para mantener su parcela y pagarle a la persona que atendía a sus hijos.
Al regresar, se encontró que su tierra ya no era suya. Por arte de magia, había pasado a ser propiedad de Fonade. Ante ese hecho, se contactó con el abogado Alberto Cárdenas Díaz, quien junto a sus socios, asumió la defensa legal de su propiedad privada, hoy, convertida en un bien fiscal. A este grupo de abogados se sumó el veedor Héctor Pérez Fernández, uno de los profesionales que la tiene bien clara sobre la situación litigiosa de la hacienda Santa Ana en Barú.
Gracias a esa defensa legal, logró que el inspector reconociera como un acto humanitario la condición de vulnerabilidad de doña Clara Revollo. Toda una vida trabajando en el hermano país de Venezuela, y regresar derrotada, y no tener nada… ¡Tanto trabajar para no tener nada! No es admisible en un Estado Social de Derecho, donde la propiedad privada tiene una misión social y goza de protección social para el campesinado, como sujeto de derecho especial.
El retorno de Clara Rebollo: La oportunidad
Desde el plan de narrador de los hechos verdaderos, debe primar el principio de que cada desafío propone una oportunidad. Y los abogados de Clara Rebollo sí que entendieron cuál era la oportunidad para que su poderdante pueda vivir el último tramo de su existencia en su propio terruño.
No obstante, este retorno de Clara Rebollo, sin dinero, enferma y derrotada, es una gran oportunidad para recuperarse y vivir sus últimos años en paz. Ahora, con la ayuda de sus hijos, especialmente Jaime, está montando un parqueadero para los miles de turistas que llegan mensualmente a la atractiva y exuberante Playa Blanca, una de las mejores playas con que cuenta La Heroica.
Allí comienza el complejo insular de las islas del Rosario, la subregión más apetecida para los macroproyectos turísticos. Pero se olvidaron de ese pequeño detalle: el territorio y de sus propietarios. Así salieron los Rebollo, Revolledo, Canabal, Meza, Marimón, etc. La inmensa mayoría de ellos no han retornado. Muchos esperan ese día, como el que está viviendo en esta navidad Clara Rebollo de Canabal, una negra de hacha y machete.
Barú y Bahía de Barbacoas
VoxPopuli Digital acompañó a Clara Rebollo a su retorno . Una víctima del despojo en un tiempo que los actores armados del conflicto interno colombiano comenzaron a acompañar proyectos económicos de envergadura nacional en Barú y en la Bahía de Barbacoas, en especial, la isla del Covado de Cartagena.
Por tanto, el retorno de Clara Revollo a su tierra, es un hito en la historia de este despojo masivo que sufrió la población afrodescendiente propietaria de las tierras de Barú. Unos nunca vendieron. Otros, sus descendientes vendieron. Pero los que vendieron si lo hicieron muy por debajo del precio real, también son víctimas. No puede haber enriquecimiento ilícito. Tampoco empobrecimiento ilegal.
Clara es una mujer afortunada. Logró retornar. El presidente Gustavo Petro debe ver este retorno como una oportunidad para que el Estado resuelva la deuda histórica con las víctimas de este despojo. Fue el actor principal del despojo. De ser garante de la propiedad privada, pasó a ser su gran transgresor.
La reflexión
El caso de Clara Rebollo de Canabal, permite reflexionar sobre los conceptos filosóficos del eterno retorno y la levedad del ser desde una perspectiva que entrelaza la experiencia individual con las estructuras sociales y políticas que perpetúan el despojo y la exclusión.
El eterno retorno: Según Nietzsche, esta idea plantea que los acontecimientos del mundo se repiten infinitamente, exigiendo a los seres humanos asumir su existencia con valentía y aceptación. En el contexto de Clara, su retorno a la tierra que fue despojada, después de años de lucha y sacrificio, simboliza un ciclo que se repite para muchas víctimas del despojo en Colombia.
La historia de su vida y de su comunidad encarna este eterno retorno de lucha, despojo y resistencia, un ciclo perpetuado por un sistema político y económico que no cambia sustancialmente. Su retorno, aunque un triunfo parcial, no puede restituir completamente su pasado ni garantizar un futuro libre de explotación para otros
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El eterno retorno
Muchas víctimas murieron con esa profunda nostalgia del eterno retorno que invade a los despojados, a los migrantes y a las víctimas de la gentrificación urbana o rural. Son los que creen en el eterno retorno. Regresar, como Clara Rebollo, quién pasará navidad y año nuevo en la tierra bella que cultivó con su marido, es el sueño de los que fueron despojados.
En la filosofía de Friedrich Nietzsche, el eterno retorno es una concepción del tiempo que consiste en aceptar que todos los acontecimientos del mundo se repetirán por in saecula saeculorum. Vivirán otra triste navidad. Eternamente. Porque el sistema político está dado para que la victimización se repita hasta el infinito haciendo la reconciliación con nuestros victimizadores una levedad del ser.
Como Milán Kundera lo dijera, sobre la posible reconciliación con Hitler, por el afán de la sociedad de considerar que nunca se repetirán los acontecimientos que marcaron nuestra historia:
Pero llegará un día de que todas esas tierras se la devuelvan a sus legítimos propietarios. ¿Qué harán con ellas cuando ya no es posible sembrar hortalizas, ahuyama, yuca, ñame, coco? ¿Podrían ser incluidos en los megaproyectos turísticos teniendo la propiedad de la tierra? Por ahora, el retorno de Clara Revollo es una realidad. Ya no podrá cultivar. Pero para su rebusque económico, le permitieron montar un parqueadero.
¿Una vida para el rebusque?
Jaime Canabal, hijo de Clara Rebollo, considera que con el parqueadero para los turistas que llegan a disfrutar el agua de Playa Blanca, Barú, será una oportunidad para el rebusque. Pero esto es insuficiente para una mujer que sostuvo su propiedad con sacrificio y privación. En este sentido, el regreso de Clara Rebollo es un eterno retorno. Todo cambió para seguir igual: rebuscándose la vida.