¡Se cayó Diana! Es la escudera del alcalde «reculador». La Contraloría Distrital, en uso de sus facultades constitucionales y legales, solicitó al alcalde William Dau Chamat desvincular inmediatamente a Diana Paola Martínez Berrocal, Secretaria General del Distrito de Cartagena. Estaría incurso en una situación de corrupción administrativa con el caso de la millonaria OPS de la «Primera Dama», Cynthia Pérez Amador.
Como se sabe, el alcalde de Cartagena suscribió el contrato de prestación de servicios No 076/20 por la suma de $72.000.000 pagados por cuotas mensuales de $7.200.000 a Pérez Amador. Solo es bachiller. Sin ser tecnóloga, profesional o con experiencia comprobada. La Contraloría halló serios indicios de un detrimento patrimonial de aproximadamente $36 millones.
La Contraloría Distrital emitió la resolución (Secretaria General Resolucion) No 237 del 2020. Solicita a través de este acto administrativo la suspensión inmediata de Diana Martínez como Secretaria General del Distrito de Cartagena.
¿Por qué se cayó Diana?
Cabe preguntarnos. ¿Por qué se cayó Diana Paola Martínez? ¿Por qué está metida en este berenjenal? Ella fue la funcionaria quien hizo los estudios previos. También solicitó a la Secretaría de Haciendo el certificado de disponibilidad presupuestal (CDP) por el monto total del contrato. Acomodó los estudios previos a las necesidades y limitaciones de la contratada. Esto es, fue la diseñadora de un «contrato estilo sastre». Un contrato a pedido de William Dau.
Si, es un contrato hecho con alevosía para robar el dinero público. Un contrato corrupto, al mejor estilo de estos neomalandrines que hoy están en el gobierno del Distrito de Cartagena. Cínicos. Pero el capo de esta maroma es el abogado William Dau Chamat, un hombre que parece que no tuviera límites morales ni éticos. Parece que la Fiscalía y la Procuraduría le tuvieran miedo. ¿Qué esconde la Procuraduría y la Fiscalía que no son capaces de meter en cintura al capo de estos hechos de corrupción? Esta es la oportunidad de demostrar que no tienen miedo para tomar las decisiones justas sobre este contrato de Cynthia Pérez Amador.
La contratación general del Estado es regida por ley 80/94 y demás leyes y decretos. Los contratos de prestación de servicios (OPS) se rigen por el artículo 1495 del Código Civil. Es decir, diseñaron y ejecutaron un contrato sin el lleno de requisitos legales. Parece que el alcalde William Dau lo dibujó. Diana Martínez lo pintó. Le puso monicongos y lo coloreó. El muñeco quedó bien hecho… hasta cuando lo descubrieron.
En consecuencia, Diana Paola Martínez se caerá por su propio peso. Tal como se caerá —más temprano que tarde su capo— el alcalde Dau Chamat. Martínez es una mujer muy preparada. Intelectual. Conocedora de la cosa pública. Por eso es la escudera del capo. Pero el tiro con Cynthia Pérez le salió culatero.
El contrato de la caída de Diana
En VoxPopuli.Digital habíamos advertido —en febrero del 2020— de que ese contrato podría ser una forma de pago por el aporte que Cynthia Pérez le hizo a la campaña de Dau. El Reculador solo le pagaba $400 mil mensual. La líder social, Jacqueline Perea le hizo seguimiento a la contratación de Cynthia Pérez. Perea le hizo la denuncia ante la Fiscalía y demás autoridades.
Sin embargo, la maroma no fue hecha por Cynthia. La pobre Cynthia. No tiene la preparación profesional para ser la autora intelectual de esta defraudación contra los intereses públicos. No. Los determinadores y ejecutores del hecho fueron el alcalde Dau (abogado y con especialización en tributación y financiera) que pidió el dibujo. Y Diana que se lo dibujó y se lo coloreó. Es más, le puso «monicongos» (monitos) para que el contrato tuviera un barniz de legalidad.
No obstante, no solo está enredada Diana Paola Martínez. También el alcalde William Dau tiene sus uñas largas de «Buitre» bien metidas. Es el ordenador del gasto. Firmó el contrato y Pérez Amador está vinculada al despacho del burgomaestrae con la figura medieval de «Primera Dama». Figura que Martínez y Dau la califican como un trabajo especializado y de confianza.
De igual manera, Martha Carvajal, Directora de Talento Humano de la época, está metida en el berenjenal de Cynthia. Carvajal avaló los estudios previos. Le dio luz verde a un contrato que desde lejos parece y de cerca se comprueba que es ilegal.
La Contraloría
Si Diana se cayó ¿se caerá el capo de este presunto concierto para delinquir? ¿Concierto? Si. Es una cadena de corrupción. Empieza con los estudios previos que dibuja con alevosía el acto de corrupción. Piden la disponibilidad presupuestal al Secretario de Hacienda que no ve alternativa distinta a expedirlo. No puede negarse porque existen unos «estudios previos» que justifican la contratación.
El capo de este presunto concierto, William Dau, podrá salir a explicar que esto es un acto promovido por los malandrines. Pero la gente sensata, transparente y honesta se pregunta ¿dónde está el ladrón? ¿dónde está el malandrín? ¿quiénes son los autores intelectuales y materiales de este detrimento del dinero de los cartageneros?
Para tomar esta decisión de suspender a la escudera de William Dau y que también fuera del inefable y presunto corrupto alcalde Dionisio Vélez Trujillo, la Contraloría Distrital se basa en la «verdad sabida y buena fe guardada». Este principio fue establecido por primera vez en la Constitución Política de 1991. Es una potestad del Contralor General de la República. Procede como medida preventiva con el fin de separar temporalmente de sus cargos a los funcionarios que han sido vinculados a una investigación por robarse los recursos del pueblo. En este caso de los dineros de los cartageneros.
Se cayó Diana
No hay nada que hacer. Comenzó a derrumbarse una quimera. Una ilusión. Una falta de sindéresis de la ciudad. Pero especialmente de un mago del engaño. Salvemos a Cartagena del Reculador, es lo que dice un grueso número de líderes sociales de la ciudad.
¡Se cayó Diana! Si, se cayó la escudera del capo William Dau, «el Reculador». ¿Por qué se cayó Diana si es una buena muchacha? Sin duda, Dau tendrá que separarla con el dolor de su alma. Él fue quien la indujo a ese acto de corrupción. Pobre Diana. Pobre Cynthia. Y todo por «seguirle las aguas» de una persona que parece enajenada. Demente. Que no se pertenece. Pero es el alcalde que aparentemente elegimos. Es «el Reculador». Lo peor es que todavía hay gente que sigue creyendo en las pendejadas de este Reculador.